Apariencia, autoridad y Kierkegaard (Parte IV: Kierkegaard y el esteta vital)
El filósofo danés Søren Aabye Kierkegaard (1813-55) decía que el aburrimiento provoca la superficialidad, que consiste en apreciarlo todo solamente en un sentido estético (se queda en la superfície). En estos casos la vida pierde su trama interior, y se deja de buscar la realidad para apreciar la belleza pura, lo más sentimental y las emociones fuertes.
Si es bonito me gusta, en caso contrario no.
Esteta vital
Decía que el tipo de persona que más predomina en la sociedad es el esteta vital: alguien que vive en el estado estético de la vida (actualmente le llamaríamos superficial). Kierkegaard reconocía ser él mismo un esteta vital.
Según Kierkegaard, aburrirse crea decepción. Decepciona la (vacía) vida de uno mismo, las personas que a uno le importan y la realidad misma. El mundo, que era un horizonte de expectativas, es concebido como un lugar sin salida, incomprensible y que no cumple con nuestras expectativas. Esa decepción crea Dolor. La persona entra en angustia vital, en crisis por falta de ilusión.
Ante el dolor, cabe buscarlo (por ejemplo mediante el sadomasoquismo), ignorarlo (pasotismo), tratar de darle un sentido o tratar de evitarlo. Lo más común es tratar de evitar el dolor, y eso se consigue mediante 2 vías:
1. Terror (lo más sentimental)
Consiste en entender el mundo como un enigma. Es una huida del mundo interesada en mundos paralelos, en mundos inexistentes. Se basa en la enemistad de uno mismo con el mundo.
Ejemplos: Iker Jiménez, heavies – góticos – emos.
2. Diversión (las emociones fuertes)
Consiste en aprovecharse del mundo. Para salir del aburrimiento, de la depresión y del dolor, el esteta vital quiere estar en varios sitios a la vez, sin estar en ninguno. Esta visión del mudo es efímera, es insuficiente.
La diversión consiste en estar en muchos sitios, en verterse en muchos sitios. Es la salida del Aburrimiento
Leonardo Polo, profesor de Filosofía de la UNAV
Ejemplos: yo mismo, Jackass
Otras consecuencias de la superficialidad
Anormalidad: otro síntoma del esteta vital es alabar aquello que esté fuera de lo común. Hay “4 tipos de anormales” o estetas vitales:
- El Borracho. No se toma en serio su vida, necesita llenar el vació interior. “Ahoga sus penas” con sustancias externas. Es vulgar
- El Ejecutivo Activista. Se divierte con el “hacer por hacer”, para calmar sus expectativas. Es insensible, y el activismo le descentra
- Dandy. Es original pero su originalidad es calculada. No deja que se vea su persona, su interior, sino que construye una fachada o imagen de sí, creyendo ser él. “Se disfraza” de aquello que quiere y cree ser
- Pedante. Consiste en la apariencia de saber. Da mayor relevancia a su saber y pretende que se le otorgue autoridad, la tenga o no.
Chismorreos: como el esteta vital no logra satisfacerse a sí mismo con su propia vida, todo le resulta interesante como intento de salida de su aburrimiento.
Sentimentalismo o romanticismo: La única medida de la realidad del esteta vital son los estados de ánimo. Vive permanentemente instalado en los estados de ánimo (tristeza, alegría…), los valora en exceso, y sustituye la realidad por los estados de ánimo. Los sentimientos son lo único que cuenta. Consiste en la búsqueda de lo sensible, de lo irracional. También intenta contagiar al resto, por egoísmo.
Prisas: Todo se quiere inmediatamente, todos los fines son bienes imediatos y no tienen obstáculos. Se quiere el bien aquí y ahora, no hay tiempo para pararse. El problema es que los bienes inmediatos no crean satisfacción real, sino solamente momentánea. Lo que nos realiza es el medio, como nos superamos para conseguir un fin. La solución consiste en cambiar los deseos y que sean retos con fines no inmediatos.
“Life is what happens while you are busy making other plans”
(“La vida es lo que ocurre mientras estás ocupando haciendo planes”)
– John Lennon
Solución a la Superficialidad (según Kierkegaard)
Para evitar el aburrimiento (y, por lo tanto, el vacío interior) hay que…
- Actuar. Actuar supone asumir riesgos, salir de uno mismo y reconocer al otro su dignidad. Para actuar hay que aceptar los límites y carencias de uno mismo
- Dialogar y tener amigos. Consiste en la salida de uno mismo al mundo.
- Estar abierto a conocer la realidad tal cual es: pararse para observar.
- Equilibrar Romanticismo (la sustitución de lo irracional por la realidad) y el Racionalismo (juzgar a la razón como único indicador de veracidad, “puesto que lo sensible es irracional”)
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Søren Kierkegaard, obras completas[/amazon_template]