¿Es el ser humano superior al resto de seres?

Los monos, chimpancés y orangutanes comparten muchas de las cualidades del ser humano, e incluso tienen una apariencia parecida a la nuestra. ¿Por qué los encerramos en zoológicos y creemos tener una dignidad por encima de la suya? Pongo en duda nuestra supuesta superioridad sobre el resto de animales. ¿Por qué nos creemos superiores y en qué sentido? Hay dos tipos de razones:

Human Monkey

Human Monkey

Los argumentos son las razones que se dan para “demostrar” que el ser humano es superior. Sean o no motivos acertados, intentaré demostrar lo contrario, que no hay nada única y propiamente humano. No es que crea que el humano no es superior; sólo quiero equilibrar la opinión generalizada con la del abogado del diablo.

Los prejuicios son ideas preconcebidas que impiden nuestra completa objetividad de opiniones. Uno de los prejuicios de nuestra sociedad consiste en considerarnos superiores. De hecho, son fundamentales porque, probablemente, los argumentos respondan a nuestra necesidad de convencernos a nosotros mismos de que somos superiores. En otras palabras: ¿no nos estaremos inventando los motivos con los que explicamos nuestra superioridad, para así argumentar nuestros prejuicios antropocentristas?

inteligencia

En el considerado mejor documental brasileño de la historia, “La isla de las flores“, describen el hombre como un animal con el “telencéfalo altamente desarrollado“. Con ello se refieren a que el cerebro humano tiene unas conexiones neuronales que permiten una mayor asociación de ideas.

Elefante tailandés pintando un cuadro abstracto

Elefante tailandés pintando un cuadro abstracto

En 1871 Charles Darwin publicó “The descent of man, and selection in relation to sex” (comprar libro en Amazon), donde escribió: “no hay diferencia fundamental entre el hombre y los mamíferos superiores en cuanto a sus facultades mentales“, señalando que la diferencia tan sólo es gradual, y que hay un intervalo mucho mayor entre la inteligencia de un pez larva y un simio que entre un simio y un humano. Somos más inteligentes, pero simplemente un poco más.

Nuestro mayor desarrollo mental nos permite desarrollar lo que algunos consideran “el alma”: sentimientos, autoconciencia, moral, uso de herramientas, comunicación verbal, memoria y dominio de recursos. La inteligencia es la causa de las demás facultades emocionales y racionales. Pero como veremos a continuación, todos estas ventajas son compartidas (e incluso superadas) por algunos animales. Entonces, ¿en qué consiste nuestra supuesta superioridad?

Según la Teoría de las inteligencias múltiples, el intelecto se divide en 8 tipos: inteligencia lingüística, lógica-matemática, espacial, musical, corporal-cinética, intrapersonal, interpersonal y naturalista. No somos superiores a todos los animales en todas ellas; sin ir más lejos, los perros comparten varios tipos de inteligencia con los humanos, e incluso demuestran superarnos en la inteligencia corporal-cinética y en la espacial en las competiciones de agility.

sentimientos

El ser humano ama y odia porque su cerebro ha evolucionado. Pero también otros seres tienen sensibilidad, aunque no sea empíricamente demostrable.

Ejemplo 1: perros contentos

¿Acaso no mueve la cola un perro cada vez que su amo vuelve a casa? De hecho, el lado hacia el que mueven la cola indica distintos estados de ánimo, e incluso su ritmo.

Ejemplo 2: primates con depresión

Los primates también padecen depresiones y durante ellas actúan de un modo muy similar al hombre (están decaídos, se mueven poco…).

Ejemplo 3: monos que ríen y bromean

La risa y la capacidad de hacer bromas es un síntoma inequívoco de comprensión del humor.

Ejemplo 4: rinoceronte intenta salvar a un antílope por empatía

En este vídeo de Youtube se muestra como un rinoceronte salva a un antílope que ha sido atacado por un cocodrilo, y luego le intenta salvar la vida dándole oxígeno. Parece que el rinoceronte sintió pura empatía por el antílope (¡un individuo de otra especie!), puesto que lo trató con cuidado al intentar salvarlo y luego se marchó sin comérselo.

Ejemplo 5: monos capuccinos que se alegran por la suerte de otros

Unos investigadores del Centro de Investigación en Primates Yerkes de la Universidad de Emory muestra cómo a los monos capuccinos les satisface observar la felicidad de sus compañeros cuando éstos reciben comida.

Se les ofreció la posibilidad de elegir, mediante fichas asignadas a distintos significados, entre comer un trozo de manzana o permitir que una compañera también lo comiera. El resultado fue que la mayoría permitió que su mayoría comiera, sobre todo si le resultaba conocida. Esta actitud demuestra la empatía entre monos.

Ejemplo 6: elefantes compasivos que conciben la muerte

Elefantes con restos de familiares

Elefantes con restos de familiares

Los elefantes, junto con los chimpancés, los delfines y los humanos, son los únicos que parecen entender la muerte. En un estudio de 19 grupos de elefantes de Kenia, un grupo de científicos liderado por Karen McComb comprobó que los elefantes reconocen los huesos de sus semejantes y se detienen en ellos. Incluso distinguen los huesos de elefantes que estaban emparentados con ellos y están más tiempo junto a ellos. Sin embargo, la indiferencia ante huesos de otros animales es total.

Etólogos como Cynthia Moss o Joyce Poole, que han convivido varias décadas entre elefantes africanos, han aprendido a reconocer múltiples emociones en los elefantes. Cuando un elefante agoniza, sus parientes y amigos lo acompañan; cuando muere, le guardan luto durante varios días y tocan sus restos delicadamente con la trompa de vez en cuando. En su libro Coming of Age With Elephants: A Memoir, Joyce Poole afirma: “no me cabe duda de que experimentan emociones profundas y tienen cierta comprensión de la muerte”.

Además, según asegura un estudio publicado en la revista Applied Animal Behaviour Science (explicación de El Mundo en castellano) y realizado por Oxford University y la University of California, se ayudan cuando están enfermos y se rinden homenaje cuando un elefante muere. Los restos de una elefante a la que llamaron Eleonor fueron visitados por al menos 5 familias, algunos miembros de las cuáles tenían poca relación con ella. Durante las visitas de elefantes a los cuerpos de sus familiares muertos, los elefantes no se mueven por instinto sino por sentimientos.

Se concluyó que la compasión no es un sentimiento únicamente humano, y que en otros animales no está militada a su parentesco. No es de extrañar que Aristóteles definiera al elefante como “la bestia que sobrepasa a todos los demás en ingenio y la mente“.

Ejemplo 7: aves fieles a su pareja

Pareja de Agapornis

Pareja de Agapornis

El hornero se mantiene fiel a su pareja durante toda la vida. Los mismo ocurre con el pinguïno emperador, que tarda casi toda su vida en encontrar pareja y, cuando lo hace, se mantiene fiel a su monogamia.

De todos modos, seguramente el caso más emblemático sea el del pájaro del amor (Agapornis). A estos loros se les llama inseparables por el tiempo que llegan a pasar junto a su pareja.

Ejemplo 8: pena por cría muerta

Hace 2 años, en el zoo de Münster (Alemania) la gorila Gana estuvo varios días aferrada a su cría, ya muerta. Las facciones de su cara adoptaron un gesto similar al llanto humano. El veterinario Gonzalo Fernández, director del zoo de Fuengirola, cree que “los grandes simios no sólo tienen sentimientos sino que son perfectamente conscientes de la vida y la muerte”. También dijo que lo mismo ocurre con otros animales como los perros o los gatos, pero en menor medida puesto que son menos inteligentes.

De hecho, muchos animales reaccionan con pena a la muerte de sus crías: dejan de comer, cargan con ellas o se aíslan de la manada.

Ejemplo 9:  sentimientos maternales

La mayoría de animales no sienten una devoción tan grande como la humana por sus crías (aunque hay excepciones, tanto humanas como animales). En muchas especies, después del parto la hembra examina a su cría; si la reconoce al olfatearlo y lamerlo, la protege y cuida o lo rechaza. En el primer caso, sí podríamos hablar de sentimientos maternales de la hembra, puesto que no están dispuestas a cuidar de la cría de otra madre.

Ejemplo 10: ratas que juegan

(Visto en xtec.cat > Animales con sentimientos) El neurólogo Stephen Siviy demostró que, cuando las ratas juegan animadamente, sus cerebros segregan grandes cantidades de dopamina. Sin duda encuentran el juego excitante. Incluso anticipan el juego y se vuelven activas y excitadas al ser llevadas al campo de juego. Sin embargo, si se les administra una sustancia que bloquea la dopamina, cesa toda esa conducta. Las estructuras cerebrales y los neurotransmisores implicados en las emociones, así como el sistema endocrino, son básicamente comunes a todos los craniados, por lo que en todos ellos pueden darse las experiencias emocionales.

Ejemplo 11: regalos

Algunos animales también se realizan regalos por amor (ver Faunatauna.com > Los animales también se quieren – Parte 4). El martín pescador conquista a su amada con un pescado exquisito; el pelicano sorprende a su novia con una piedra. En algunas clases de arañas, el pequeño macho le da a su prometida un insecto cuidadosamente preparado. Otros rituales de seducción (cantos, plumajes, adornos, olores, posturas…) también responden un reclamo, aunque en este caso funciona más por instinto sexual que por sentimientos.

Ejemplo 12: leones que aman humanos

La mujer que sale en este vídeo encontró a un leon herido en el bosque y a punto de morir. Ella llevó el leon a su casa y lo cuidó durante 6 años hasta que el león se curó. Entonces lo llevó a un zoológico. Al cabo de un tiempo, cuando la mujer visitó por primera vez al león en el zoológico, el león la recibió con un caluroso abrazo con beso incluído.

Por otro lado, el león Christian fue comprado por John Rendall y Anthony Bourke en 1969 y vivió su infancia en Londres. Cuando ya tenía 2 años decidieron dejarlo en Kenia, donde fueron visitándolo unos días. Al cabo de un año, y después de que George Adamson les avisara de que quizás el león ya no los reconocería, ambos dueños fueron a visitarlo por última vez. El resultado fue un reconocimiento y múltiple abrazo del león a ambos antiguos dueños.

la autoconciencia

El autorreconocimiento (ser consciente de la existencia de uno mismo) es una de las distinciones humanas respeto a los demás seres vivos. ¿O no es así?

La autoconsciencia ha capacitado al ser humano para escribir su propia historia, dejar constancia conscientemente de su pasado. Además ha creado la filosofía, el arte, la psicología, la cultura… Según el pensador John Locke (1632-1704), reconocerse a sí mismo es el principio de  responsabilidad, puesto que “sin espejos no hay moral”.

Pero hoy en día sabemos que existen más animales autoconscientes (demostrado mediante el test del espejo de autorreconocimiento – ver en Wikipedia):

Ejemplo 1: delfines autoconscientes

El delfín nariz de botella se reconoce a sí mismo cuando se ve en un espejo. Concretamente, se hizo un estudio del delfín nariz de botella y resultó ser el primer no primate en pasar el test del espejo de autorreconocimiento. El estudio fue realizado por la doctora Diana Reiss, de los Laboratorios Osborne de Ciencias Marinas del Acuario de Nueva York (Brooklyn) y la doctora Lori Marino, una especialista en neurociencias y biología del comportamiento de la Universidad de Emory. El estudio está publicado online aquí.

Ejemplo 2: chimpancés pintados

A principios de los años 70 Gordon Gallup desarrolló una prueba ingeniosa: anestesió a varios chimpancés y les hizo una marca de pintura en la frente. Al despertar, se les colocó ante espejos. Los chimpancés empezaban examinándose las marcas de pintura, y luego analizaban el resto de su cuerpo ante el espejo. Así se demostró que se autoreconocen.

Ejemplo 3: elefantes autoconscientes

El mismo test de los chimpancés se pasó a elefantes; al principio no funcionó porque los espejos eran pequeños, pero luego se autorreconocieron con espejos más grandes. De hecho, el autorreconocimiento de los elefantes es un fenómeno bien reconocido.

El elefante Happy demostró reconocerse a sí mismo de la siguiente forma: se le pintó, sin que fuera consciente, una marca invisible y otra visible en la ceja con la misma textura y olor. Ante un espejo, el elefante Happy tan sólo reaccionó ante la marca solo visible en el espejo, puesto que no paraba de tocársela con la trompa (llegó a tocar la marca hasta 47 veces). Se volvió a probar cambiándole de lugar la marca de la ceja, y volvió a funcionar.

Ejemplo 4: urracas autoconscientes
(Visto en Ya era momento de hablar > Una urraca ante el espejo y en 20minutos > Las urracas se reconocen en el espejo)
En 2008 Frans de Waal, de la Universidad de Emory, demostró que las urracas también se reconocen a sí mismas. Colocó marcas en las urracas y observó su comportamiento frente al espejo, una por una. Las aves eran libres de alejarse o quedarse, y algunas se quedaron mucho tiempo por voluntad propia explorándolo. Se miraban las marcas y las frotaban con sus cuellos, se pegaban al espejo y lo inspeccionaban cuidadosamente, y miraban también detrás del espejo. Se acercaban y se alejaban a intervalos cortos para comprobar, aparentemente, si el espejo también copiaba su movimiento. También giraban su cabeza hacia su espalda y hacia el frente de manera sistemática, como queriendo comprobar si lo que había detrás de ellas era lo que el espejo les mostraba.
Al final, intentaban quitarse la marca. En cambio, si les ponían una marca negra que se confundía con su pelaje, no intentaban quitársela como se puede apreciar en este vídeo:

la razón, la voluntad y la moral

La razón es uno de los principales motivos por el que nos consideramos superiores. La razón nos permite reflexionar y, por lo tanto, también nos permite afirmar nuestra superioridad. Mucha gente antropocentrista argumenta: “cuando un animal me diga que es superior a mí, entonces lo dudaré”. El ser humano es un ser racional.

Creemos que el animal se mueve sólo por instinto (de supervivencia, sexual…) y que el hombre puede actuar en contra de sus propios deseos porque tiene en cuenta su voluntad. Muchos dicen que somos superiores porque tenemos libertad para decidir hacer el bien o el mal, porque somos el único animal que puede ser malvado a consciencia; tenemos una moral ética según la que podemos guiarnos o no.

A pesar de que no sea demostrable al 100%, según un estudio de Marc Bekoff (telegraph.co.uk), un ecologista de la University of Colorado, los animales pueden distinguir el bien del mal. El estudio de Marc Bekoff observó como los lobos, los coyotes, los monos Diana, los chimpancés, los roedores en general, los murciélagos y las ballenas tienen códigos de conducta moral. Podemos leer sus conclusiones en su libro Wild Justice: The Moral Lives of Animals. Son especialmente las dos entrevistas que se encuentra publicadas en Internet; por ejemplo, ante la pregunta “¿Los animales saben diferenciar entre el bien y el mal?”, contesta:

Tienen un sentimiento moral y en ciertas situaciones saben lo que deberían hacer y lo que no, especialmente en el juego. ¿Sabe? Me sorprende que la gente se sorprenda de este hecho. Los animales fabrican herramientas, viven en sociedad, tienen normas, amigos preferidos, empatía… Es una simpleza decir que todo eso se debe al instinto.

Hay casos de delfines que ayudan a seres humanos a escapar de los tiburones y elefantes que han ayudado a antílope a escapar de sus recintos. Marc Bekoff

“Hay casos de delfines que ayudan a seres humanos a escapar de los tiburones y elefantes que han ayudado a antílopes a escapar de sus recintos”. Marc Bekoff

Ejemplo 1: el hipopótamo

El hipopótamo con empatía que comentamos en el apartado de sentimientos es una muestra de actividad animal motivada por la pena que le produce la muerte del animal de otra especie. El hipopótamo cree que está mal que el antílope muera; ve una injustícia, demuestra empatía y ayuda a otro animal en peligro.

Ejemplo 2: lobos con moral

(Visto en telegraph.co.uk > Animals can tell right from wrong) En una pelea de lobos, cuando uno ha sido vencido el ganador no asesta el golpe final: lo deja vivir. Si el perdedor muestras señales de rendición, el vencedor acepta la paz y se aleja. Por otro lado, si cuando están jugando uno muerde demasiado fuerte al otro, se ponen en una postura llamada play bow (con las patas delanteras encogidas y las patas traseras estiradas) para pedir perdón y luego siguen jugando.

Ejemplo 3: elefantes salvan a antílope

(Visto en telegraph.co.uk > Animals can tell right from wrong) En 2003 en KwaZula-Natal, en Sudáfrica, un grupo de 11 elefantes salvó a un antílope que había sido cerrado en un cercado. La matriarca abrió todas las cerraduras de metal de las puertas cerradas y abrió la puerta del recinto.

Ejemplo 3: monos Diana
(Visto en telegraph.co.uk > Animals can tell right from wrong) Unos monos Diana fueron entrenados para meter una moneda en una máquina de modo que saliera comida. Un mono, al aprender a hacerlo y ver que su compañero no sabía, lo realizó tres veces delante de él y le dio toda la comida, sin beneficio alguno para sí mismo.

Ejemplo 4: el chimpancé con parálisis cerebral
(Visto en telegraph.co.uk > Animals can tell right from wrongKnuckles es un chimpancé que vive en el Center for Great Apes de Florida. Cuando nació en 1999 le faltó oxígeno y tenía una importante debilidad en su lado izquierdo, incluyendo su control muscular y ocular. También es retrasado mental.

Curiosamente, su grupo de chimpancés lo tratan de modo especial. Por ejemplo, los chimpancés mayores nunca lo intimidan o agreden. Los que incumplen ese trato especial, reciben algún tipo de castigo por el resto del grupo. Según Marc Bekoff, eso demuestra un sentido de justicia y respeto que distingue el bien del mal.

Ejemplo 5: justícia en chimpancés

(Visto en ver somosprimates.com > Moral animal) En unas pruebas realizadas con chimpancés, se le da una bandeja que contiene alimento a un sujeto A. Desde una jaula adyacente, un sujeto B puede tirar de ella y quedarse con toda. El sujeto A cuenta con una palanca que le permite abortar la operación, arrojando toda la comida al suelo. Cuando el investigador proporciona la bandeja a A, lo que normalmente ocurre es que B tira de la cuerda y le roba la comida. A se enfada y acciona el mecanismo que deja caer la recompensa al suelo. Por el contrario, cuando desde el inicio, el investigador proporciona la bandeja a B, A se controla y no suele accionarlo. La conclusión es que el sujeto A parece entender la diferencia entre el hurto y una situación justa.

Ejemplo 6: roedores con empatía

(Visto en telegraph.co.uk > Animals can tell right from wrong) Hay experimentos que han demostrado que los roedores no cogen comida si saben que esa acción provocará un daño a otro roedor. Se comprobó causando un electroshock a unos roedores cuando otros comían; éstos dejaban de comer a pesar de estar hambrientos.

Ejemplo 7: murciélagos que comparten comida

(Visto en telegraph.co.uk > Animals can tell right from wrong) Los murciélagos vampiro necesitan beber sangre cada noche: son hematófagos. Pero no siempre consiguen la sangre deseada; por ello, los que la consiguen la comparten con aquellos que han sido menos afortunados. Normalmente, suelen compartir la sangre con aquellos murciélagos que anteriormente han compartido sangre con ellos; por ello, se entiende que tienen cierto sentido de reciprocidad.

Ejemplo 8: ballenas evolucionadas emocionalmente

(Visto en telegraph.co.uk > Animals can tell right from wrong) Hasta hace poco tiempo, se creía que las células fusiformes eran las encargadas de la empatía y la comprensión de los sentimientos y se limitaban a seres humanos. Se han encontrado el mismo tipo de células en cerebros de varios tipos de ballenas, además con el triple de cantidad y más mayores en términos evolutivos.

Ejemplo 9: toro llora de gratitud

(Visto en elblogalternativo.com > los toros también lloran) Boris, el toro, fue rescatado por Hillside Animal Sanctuary, en Inglaterra, de una granja de producción industrial, donde las malas condiciones lo habían enfermado. Aunque luego se le proporcionaron todos los cuidados, no logró sobrevivir. Antes de morir, lloró con su cuidadora, (ver vídeo) quizá por agradecimiento, quizá por pena por no tener ya más fuerzas.

uso de herramientas

Jane Goodall con un mono sudafricano

Jane Goodall con un mono sudafricano

El pulgar oponible, tal y como lo designan en el mejor documental brasileño llamado “La isla de las flores“, es una de las rasgos diferenciadores del ser humano porque nos permite utilizar herramientas. Por eso al ser humano se le llama homo faber, porque es el único animal que fabrica.

Ejemplo 1: chimpancés utilizan herramientas

…O lo era, hasta que Jane Goodall descubrió en Tanzania, durante los años 60, unos chimpancés salvajes que limpiaban y preparaban unas ramas de árbol para introducirlar en un termitero, de modo que las termitas subieran por esta y ellos se las pudieran comer. Es decir, chimpancés que utilizan herramientas para sus propósitos. Fue la primera vez que se evidenció un animal utilizando herramientas.

Ejemplo 2: chimpancés crean lanzas

Por otra parte, entre 2005 y 2006 dos investigadores de la conducta, Jill Pruetz de la Universidad Estatal de Iowa y Paco Bertolani de la Universidad de Cambridge en Inglaterra reportaron en la revista Current Biology haber observado a un grupo de chimpancés haciendo lanzas de madera con procesos bastante complejos, para cazar a otros animales en Senegal. En 22 casos observados los chimpancés se ayudaron de herramientas para cazar gálagos mientras éstos dormían en huecos de árboles.

Ejemplo 3: monos capuchinos que utiliza herramientas

También es conocido que los monos son capaces de utilizar herramientas; las utilizan para buscar alimentos, cavar tubérculos, partir semillas, explorar ranuras de troncos de árboles… Sobre todo, los grandes simios son los que las utilizan, como un grupo de científicos británicos demostró con los capuchinos silvestres del nordeste de Brasil.

¿Quieres verlo? Aquí tienes un mono capuchino utilizado no una, sino 2 herramientas:

Ejempo 3: nutrias

Las nutrias utilizan piedras para romper los caparazones de los erizos de mar y conchas de otros animales, y así poder comérselos.

Ejemplo 4: cuervos que crean y utilizan herramientas

Tres psicólogos animales de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda), comandados por Gavin Hunt, estudiaron el cuervo de Nueva Calcedonia. Esta ave es capaz de servirse de ramitas y de hojas para extraer insectos y larvas de las grietas de los troncos. Incluso fabrican herramientas para propósitos concretos.

En concreto, en 2002 se comprobó como el cuervo Betty construía herramientas para obtener comida de un tubo largo a la que sólo podía acceder usando una herramienta con forma de gancho. A pesar de qe entonces ya se sabía que podía crear herramientas, se demostró que también lo podían hacer fuera de su hábitat natural y con objetos artificiales. ¿Quieres ver al cuervo en acción? Aquí puedes verlo, o aquí también:

Ejemplo 5: otros animales

Podemos encontrar más ejemplos en e-animals.com > Los animales y sus herramientas de trabajo.

comunicación verbal

Los delfines tienen su propio lenguaje

Los delfines tienen su propio lenguaje

Teóricamente, la capacidad de desarrollar un lenguaje verbal nos convierte en más inteligentes. Aunque ¿no seremos inferiores nosotros, al necesitar un código para entendernos, siendo incapaces de comunicarnos sin lenguaje?

La mayoría de animales se entienden, se comunican sin hablar; nosotros no podemos. De todos modos, vamos a repasar varios animales que sí tienen su propio lenguaje:

Ejemplo 1: monos

Varios estudios han demostrado que, al aparecerse unas uvas delante de unos monos, estos emiten un sonido que difiere del que emiten cuando se les pone un plátano delante. Todos los sonidos suenan como “Iiieckk!” o parecidos, pero si se analizan se aprecian diferencias significativas y repetidas en distintos monos.

Un estudio de la Universidad de San Andrew realizado por Kate arnold y Klaus Zuberbhler demostró que en un parque nacional de Nigeria, unos monos Cercopithecus nictitans utilizan distintos tipos de voces para llamar a otros miembros para advertir de la llegada de depredadores. Los “pious-jaks” significan “sagamos de aquí”, mientras que los “pious” son simplemente una alarma.

En la Universidad de Kyoto, el investigador Nobuo Masataka concluyó que los monos tienen distintas tonalidades de voz según la región. Esa diferencia se debe a la altura de los árboles y al entorno, puesto que pueden necesitar un mayor o menor esfuerzo. Los árboles más grandes bloquean el grito, por lo que deben subir el tono. También afirmó que las diferencias de voz no tienen un origen genético.

Hugo Chávez y los loros son capaces de hablar

Hugo Chávez y los loros son capaces de hablar

En 1983 el profesor Robert Garner volvió de un viaje a África afirmando que había establecido relaciones conversacionales con 2 chimpancés, a los que había registrado múltiples sonidos y que traía de vuelta a Europa. El único problema es que también había observado que existen tantos dialectos como tribus, así que solamente era capaz de comunicarse con los chimpancés de la tribu Kulu-Kamba. Nadie se lo tomó en serio. La teoria recibió una sátira de Punch, or the London Carivari, en la que imaginaba monos que creían que los hombres producían sonidos que podían ser traducidos a un idioma en sentido simiesco. Desde entonces el lenguaje simio forma parte del imaginario literario, y no tanto de debate científico.

En cualquier caso, aunque compartamos procesos del lenguaje, los monos en principio nunca podrán hablar el lenguaje humano debido a su distinto aparato fonador, a no ser que evolucionen debidamente.

Ejemplo 2: delfines

Los delfines también tienen un sistema de silbidos que se repite y difiere según el significado que le quieren dar. Incluso usan nombres propios para llamarse entre sí, según un estudio de Vincent M. Janik, de la Universidad de Saint Andrews (Escocia).

Ejemplo 3: ballenas

Las ballenas cantan y se comunican. La ballena jorobado puede cantar durante horas, durante las que repite estribillos . Estos cantos pueden escucharse desde 30 kilómetros de distancia.

Todas las ballenas de una misma población cantan la misma canción, pese a que de un año a otro ésta sufra sutiles alteraciones. Incluso durante una velada musical se suceden improvisaciones. Además, los cantos evolucionan de una semana a otra, que combina una fija composición innata (una estructura base similar a todas las ballenas del mundo) con una imaginación individual única.

Eso sí: solo cantan en 2 ocasiones: los machos cantan durante la época de celo, que dura unos 4 meses, y las madres cantan dulcemente a sus crías mientras las amamantan. Sin embargo, durante la época silenciosa no se olvidan de su musica, puesto que cuando reanudan sus cantos los vuelven a reproducir e, incluso, habiendo depurados las frases irregulares.

Algunos científicos creen que estas melodías son una verdadera estructura lingüística que, hasta el momento, está sin descifrar. John Cunningham Lilly, una filósofo y físico americano que dedicó toda su vida al estudio de los cetáceos, afirmó que “existen datos y fundamentos científicos suficientes para afirmar que estamos ante unos animales con una inteligencia y un lenguaje similares a los humanos, independientemente de que las señales que expresen sean distintas a las que nosotros utilizamos”.

Ejemplo 4: elefantes

Joyce Poole afirma que los elefantes africanos (en concreto de Kenia) no solamente tienen lenguaje sino incluso dialectos. También comprobó que la elefanta africana Mlaika era la única que producía un sonido muy parecido al de los camiones; ese gruñido respondía al intento de imitación de tales vehículos, puesto que Mlaika duerme muy cerca de la carretera Nairobi-Mombasa.

Ejemplo 5: murciélagos

El investigador Brad Law, del Centro de Ciencia Forestal de Australia, detectó alrededor de 30 llamadas de distintas especies de murciélagos. Después de recopilar más de 4000 sonidos, pudo identificar la diferencia entre el acento de los murciélagos de Nueva Gales del Sur y los del resto del mundo.

Ejemplo 6: abejas

El lenguaje de las abejas

Ejemplo 7: bisontes

memoria

Según Seth Lloyd, la memoria de los animales es “operativa”; es decir, todo lo que no es necesario para su supervivencia no persiste ni un segundo en su sistema de almacenamiento. En cambio, el doctor Keir Pearson calculó que los gatos recuerdan los objetos circundantes durante 10 minutos; luego, se olvidan de ellos.

Ejemplo 1: memoria a corto plazo de chimpancés

En la Universidad de Kyoto (Japón) se estudió en diciembre de 2007 la memoria numérica a corto plazo de los chimpancés, comparándola con la de humanos. Se escogieron 3 chimpancés que sabían contar del 1 al 9 y varios hombres universitarios, y el resultado fue claramente favorable para los chimpancés.

Ejemplo 2: el león Christian

Ver en este post, en sentimientos > amor de leones a humanos

Ejemplo 3: ratones

Los experimentos con ratones puestos en laberintos demuestran que se puede alterar genéticamente la memoria de un animal. Para ello Eric Kandel (Premio Nobel en 2000) en la inteligencia espacial de los ratones, de modo que manipulándolos genéticamente aumentan o disminuyen su capacidad de aprendizaje y memoria.

Comprar en Amazon In Search of Memory: The Emergence of a New Science of Mind de Eric Kandle, premio Nobel en 2000 por sus trabajos sobre la memoria del caracol de mar Aplysia californica

Para ello se le coloca en medio de una plataforma con nueve brazos, y cada vez que vuelve al medio el ratón debe buscar en otra dirección (y no volver a buscar en uno de los brazos en los que ya haya buscado). Estos estudios también se aplican a “largo” plazo, lo que supone unos días o incluso semanas.

Además se demostró que los ratones pierden la memoria a medida que pasa el tiempo, al igual que ocurre con los humanos (que la perdemos gradualmente a partir de los 40-45 años). El grupo de Kandel descubrió la pérdida de memoria de los roedores comienza a una edad intermedia; solamente entre el 10 y el 15 por ciento de los ratones de 3 meses de edad presentan déficit de memoria, mientras que el 40 por ciento de los que tienen 12 meses de edad y el 80 por ciento de los que tienen 18 meses presentan defectos en la memoria.

La disminución de dopamina es, en última instancia, el causante de la pérdida de memoria. Las inyecciones de esta hormona permitieron recuperar la hormona a ratones. Irónicamente, Kandel dijo al respecto: “Así que si usted es un ratón, lo podemos ayudar“, presuntamente refiriéndose a la prohibición de modificar genéticamente o experimentar con humanos.

Ejemplo 4: moscas

Tim Tully y su grupo en el Laboratorio Cold Spring Harbor crearon moscas con supermemoria aumentando la cantidad del activador, CREB-1. El grupo de Kandel demostró que disminuyendo la cantidad del represor, CREB-2, se puede mejorar la memoria de los animales.

Elephant MemoryEjemplo 5: elefantes

Los elefantes también son un caso interesante. A finales del siglo XIX una corriente llamada Frenología ideó una hipótesis según la cuál, cuanto más grande es un cerebro más inteligente es. Por ello, el cerebro del elefante fue puesto a prueba.

Varios domadores de elefantes se habían percatado de que un elefante nunca olvida a quien le ha hecho daño. Además, los elefantes de circo y de guerra parecían aprender tareas desempeñándolas con precisión y sin olvidarlas. A pesar de todo, los postulados de la Frenología fueron refutados… hasta que Karen McComb, de la Universidad de Sussex de Brighton, dirigió un estudio que demostraba que los elefantes pueden construir una memoria a lo largo de años y luego mantenerla. Otros estudios lo confirman.

En un documental de la BBC se comentó lo siguiente: “Existe una región de la tierra, no sabría decir si en la India, de gran sequedad en la que viven manadas de elefantes. Pues bien, dichos animales recuerdan año tras año la situación exacta (menos de 1m de error) de cientos de pozos naturales de agua, enterrados bajo el suelo reseco y distantes entre si por decenas de kilómetros. Si dicho animal no tuviera una memoria prodigiosa, manadas enteras de ellos morirían de sed en dicha región. Además, les basta con haber estado una vez en su vida en uno de los pozos para saber llegar a él o encontrarlo aun al cabo de varias decenas de años de deambular”. Esto ocurre con las matriarcas, que son las que dirigen la manada. Además, un estudio de elefantes africanos salvajes reveló que las hembras dominantes poseen una memoria social que mejora a medida que envejecen.

Por si fuera poco, también pueden estar alerta de 20 o 30 miembros de su manada a la vez gracias a su prodigioso olfato y memoria.

dominio de recursos

Parece que seamos los responsables del estado del mundo. Con 1.241.166 bombas atómicas podemos destruir el mundo; afortunadamente, no tenemos ni el 1% de las necesarias.

El ser humano consume el 40% de los recursos del planeta.  Pero, ¿realmente este dominio es algo positivo o, por el contrario, contribuimos al deterioro del planeta? Somos los causantes del calentamiento global, al menos eso respaldan Al Gore y su “An Inconvenient Truth“. Aunque algunos científicos pongan en duda nuestra culpabilidad sobre los alarmantes datos del último siglo, también es cierto que medidas como el Protocolo de Kyoto permiten contrarrestar los efectos.

Sería un buen momento para sacar de contexto la mítica frase de El Club de la Lucha:

The things you own end up owning you (Lo que posees acabará poseyéndote). Tyler Durden

Prejuicios religiosos

Friedrich Nietzche (1844-1900)

Friedrich Nietzche (1844-1900)

Personalmente creo que el antropocentrismo se origina por cuestiones de puro orgullo (para los ateos o influenciados por creyentes) o de religión (para los creyentes). Durante la Edad Media se practicó el Teocentrismo (considerar a Dios el centro del universo), pero muchas religiones se han convertido al antropocentrismo porque “el hombre, en su orgullo, creó a Dios a su imagen y semejanza” (cita de Nietzche).

Por ejemplo, el cristianismo sitúa al hombre en un nivel superior al resto de seres. Esta idea la tenemos tan arraigada que se ha transformado en un prejuicio, en una presunta obviedad. El amor al resto de seres humanos como máximo principio ético causa que los animales sean considerados seres de segunda clase. ¿Deben los monos (u otros seres) tener los mismos derechos que los seres humanos? ¿Debemos amar igual a un pez que a una persona? El tema ha sido debatido y parodiado en diversas ocasiones, con una clara oposición de los sectores católicos.

El rechazo a las teorías de Darwin es una de las consecuencias inmediatas más claras de la posición teocentrista. ¿Para qué considerar la evolución si el hombre es principio y fin de la vida?

(visto en Wikipedia – Alma) Para la religión cristiana, el hombre consta de dos partes: cuerpo (lo físico) y alma (lo espiritual). De acuerdo a la tradición cristiana, gracias al alma el hombre es capaz de instintos, sentimientos, emociones, pensamientos y decisiciones libres, así como de volver sobre sí mismo (autoconciencia). Como hemos visto anteriormente en este post, tales características también son compartidas por animales. Por lo tanto, en este aspecto la religión cristiana es errónea, puesto que lo que se considera alma también la tienen los animales.

En 1990 el Papa Juan Pablo II dijo:

Los animales poseen un alma y los seres humanos deben amar y sentirse solidarios con nuestros hermanos menores.

Esa afirmación creó un gran revuelo en Italia, hasta el punto que la portada del diario Corviere del la Sera rezaba: “el Papa abre el cielo a los animales”. Así, a pesar de considerar el resto de animales inferiores, el cristianismo empezó a considerar que los animales sí tenían alma. Eso sí: un “alma sensitiva“, puramente instintiva y que no trasciende. En cualquier caso, puesto que los echaron por culpa de Adán y Eva, los animales no pueden ir al cielo o infierno, ni tampoco existe “el cielo de los perros”.

Pero en la Iglesia católica hay contradicciones sobre la vida de los animales después de la muerte. Según el sacerdote Luigi Lorenzetti, la aplicación del concepto de alma a los animales puede ser sólo “analógica”, ya que, según él, los animales no poseen una conciencia como el hombre. En cambio, el Papa Montini consoló a una niña a quien se le acababa de morir su perro diciéndole: “No te preocupes, que volverás a encontrártelo en el cielo”.

Prejuicios orgullosos

No solamente nos guiamos por argumentos (de autoconciencia, emociones, etc). El ser humano también se cree superior porque estamos predispuestos a considerarnos “mejores” en algún sentido, con o sin buena voluntad. De hecho, muchos ecologistas perciben al animal como ser al que ayudar, pero inferior.

Pero quizás no seamos el centro de la creación. Un buen ejemplo es el episodio de Los Simpsons llamado “La Noche de los Delfines“. En él, los delfines de Matt Groening se rebelan, ocupan la tierra y destierran (nunca mejor dicho) a los humanos al mar. ¿Qué opinarían los antropocentristas (religiosos o no) si eso sucediera de verdad? ¿Dejaría de ser el hombre el centro de la creación, dejaría de tener sentido el cristianismo?

resumen

Los seres humanos creemos ser superiores al resto de animales, ya sea por cuestiones culturales o religiosas. Pero quizás nos estemos equivocando. En este artículo he intentado demostrar que no somos tan superiores, aunque sólo lo he hecho para debilitar la fuerza de esos prejuicios. No pretendo dar una respuesta concreta, se trata simplemente de pensar sobre ello.

Los motivos o argumentos que damos para demostrar nuestra superioridad son los siguientes:

  • Los humanos somos más inteligentes: hemos creado el arte, la historia, la filosofía, la psicología… Y somos los únicos que nos planteamos nuestra supuesta superioridad
    • Sólo somos superiores en inteligencia (y sólo por ello nos planteamos nuestra superioridad). Además, incluso en algunos tipos de inteligencia somos superados por algunos animales
  • Los humanos somos los únicos que tenemos sentimientos
    • Aunque algunos animales también ríen, hacen bromas y sienten empatía…
  • Los humanos somos el único ser autoconsciente
    • Hay delfines que se reconocen a sí mismos
  • Los humanos somos racionalesy no nos movemos por instinto
    • Aunque el rinoceronte que salvó al antílope no se movió por instinto
  • Los humanos utilizamos herramientaspara nuestros propósitos
    • Aunque Jane Goodall descubrió que los chimpancés utilizan ramas para comer termitas
  • Los humanos tenemos un lenguaje verbalcon el que nos comunicamos
    • Aunque los monos y delfines también parecen tener su lenguaje
  • Los humanos podemos retener la memoria
    • Los monos de 5 años nos ganan a corto plazo, y las elefantes matriarcas a largo plazo
  • Los humanos dominamos el mundo
    • Las cucarachas nos sobrevivirán

conclusión

Somos superiores (aunque solamente un poquito) en ciertos rasgos de la evolución mental. Nada más.

El halcón peregrino es el animal superior en velocidad al resto de seres vivos

El halcón peregrino es el animal superior en velocidad al resto de seres vivos

Quizás el punto de vista debería modificarse, y deberíamos plantearnos: ¿qué animal es superior en X aspecto? Obtendríamos múltiples respuestas. El ser humano es líder en inteligencia, pero inferior en numerosos campos. No somos los animales más grandes, más fuertes, más numerosos, más ruidosos ni más venenosos. La vista del halcón es 30 veces superior a la del ser humano, y no somos capaces de oír las pisadas de insectos como lo hacen los murciélagos. Nuestro tacto, nuestro gusto y nuestro olfato son superados por muchos animales. No tenemos sensibilidad eléctrica (como los lenguados) ni brújula interna (como las truchas) ni somos inmunes a las enfermedades (como los tiburones). Por no hablar de sentidos animales más inverosímiles.

Esta reflexión invalida el argumento según el cuál “somos los únicos que nos planteamos nuestra superioridad, por lo tanto somos superiores!”. Un mayor intelecto no nos convierte en superiores en global, solamente en un mayor grado en la escala evolutiva de la inteligencia. Está claro que, delante de un león, somos superiores en matemáticas pero inferiores en fuerza física. ¿Cuál de los dos es “el elegido”, el más importante, el que merece un mayor respeto o admiración?  Además, nuestra inteligencia tampoco destaca demasiado por encima de la de los demás animales; en cambio, sí que destaca la velocidad del halcón peregrino, que alcanza los 320 kilómetros por hora, muy por encima del resto de animales.

También cabe dudar acerca de la utilidad de la inteligencia: ¿es útil y/o divina o, en realidad, es autodestructiva? No nos hace sentirnos más felices (muchos humanos padecen depresiones), ni más seguros (tenemos consciencia de nuestra debilidad física). No nos sirve tampoco para la supervivencia, puesto que la inteligencia también causa asesinatos y guerras. Tampoco sirve para dominar y mantener los recursos medioambientales del planeta, puesto que el humano es el ser más contaminador que existe. Entonces, ¿no será el ser humano un ser inferior, por tener más inteligencia, en vez de un ser superior?

anticonclusión

Al final de toda teoría propia, me gusta rebatirme a mí mismo. Por lo tanto diré que, a pesar de todas las “pruebas” anteriores, no hay ningún animal que las cumpla todas. Puesto que superamos en muchos aspectos a todo el resto de animales, tenemos que ser superiores.

Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, según la Bíblia

Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, según la Bíblia

Intentar justificar la no superioridad de los humanos demostrando que las capacidades del resto se asemejan a nosotros supone nuestra superioridad.

La capacidad mental es lo más próximo al alma que existe. Si existe un Dios, éste habría conferido la mayor capacidad mental a su “animal” predilecto: el ser humano. La mente es el origen de toda acción, y una mayor inteligencia significa un mayor control y un mayor honor. La inteligencia rige la superioridad.

El mundo está hecho para el hombre, el animal para servir al hombre. Sin duda, la vida de un ser humano vale más que la de cualquier otro animal. ¿O no?

Cuando tenía 8 años, en segundo de primaria, mi profesor de religión nos explicó que “Dios creó a los pollos para que el hombre se los comiera“. Cuando yo levanté la mano y le pregunté por qué Dios no creó los pollos asados y con patatas fritas, él rió y no contestó… ¡Necio de mí! Ignoraba que nosotros los humanos tenemos el derecho a utilizar los animales a nuestro antojo, puesto que así lo dispuso el Señor.

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