Final de la Champions 2009: otro punto de vista
Escrito por Pol en Varios el día 7 June 2009Como ya se podía deducir por el artículo sobre las entradas de la Champions League, Kaos Klub estuvo presente en la final de la Champions League que se disputó hace unos días en Roma. Una vez concluidas las celebraciones, queremos compartir algunos puntos de vista un tanto diferentes sobre lo que se vivió durante esos 2 días en Roma. Empezamos.
Mucho se había hablado sobre lo peligroso que iba a ser comprar entradas en la reventa. Teóricamente las entradas llevaban un chip incorporado con la información del titular de la misma. Al entrar en el estadio se debía comprobar la documentación de los aficionados uno por uno… Siento decirles a aquellos que no fueron por miedo a quedarse fuera, que el riesgo era inexistente.
Al entrar al campo no había ningún tipo de comprobación. La reventa discurría con total normalidad a los alrededores del estadio, con los precios entre 1000 y 2000 Euros por entrada. Mucho más peligroso era viajar en metro durante el miércoles, con las estaciones llenas de carteristas dispuestos a pillar a los fans desprevenidos.
El segundo tema polémico era el del alcohol. Se había prohibido el alcohol en Roma y en los alrededores. Me parece increíble que los comerciantes permitieran una medida tan radical. No es muy difícil adivinar, tal y como ya comentamos, que la ley seca no se cumplió. Aunque si que había problemas para conseguir bebidas alcohólicas en las zonas más céntricas y turísticas (como la Fontana de Trevi por ejemplo), en muchos restaurantes alejados del bullicio se servía alcohol con total normalidad. La medida de dificultar el acceso al alcohol benefició a un gran número de vendedores ambulantes, que vendían latas de cerveza a precios variados. Algún iluso pretendía cobrar 10€ por una cerveza de lata, se ve que no conoce el dicho de “La pela es la pela“.
Así que se podían revender entradas y comprar bebidas alcohólicas sin problemas. Una vez comprobado esto, lo siguiente es el turismo y el ambiente de las horas previas al encuentro. Sorprendentemente, los espectadores del Manchester no se veían por las calles, o al menos no se oían como de costumbre. La imagen más impactante sin duda era la de la Fontana di Trevi, totalmente cubierta de banderas azulgranas, y con un pequeño conjunto de seguidores del ManU en un lateral. Algo curioso sin duda.
Las colas eran lo normal para cualquier cosa. En todas las atracciones turísticas había seguidores de los dos equipos, además de los turistas habituales. Comprar entradas para visitar algún museo, el Vaticano o el Coliseo se convertía en una tarea un poco pesada. Creo que una de las zonas con más afluencia de público era el Coliseo y sus alrededores. Además de visitar el monumento construído en el 72 d.C, se podía hacer cola para fotografiarse con la Copa de la Liga de Campeones. No hace falta decir que había más cola para hacerse la foto con el trofeo que para visitar el monumento milenario.
En los alrededores del Coliseo, debido al ambiente y al bullicio, había numerosos policías controlando la zona. A decir verdad, la mayoría de ellos parecía estar disfrutando del ambiente relajado y sin incidentes. El calor no invitaba a estar tenso ni a trabajar en exceso. Pero ahí estaban, vistiendo su uniforme azul oscuro casi negro. Supongo que a medida que pasaban las horas su actividad se volvería un poco más frenética o ajetreada, sino no me explico su presencia en las zonas turísticas.
Pero lo que más me sorprendió de todo lo que sucedía en esa zona, fue el imitador de soldado romano situado también en los alrededores del Coliseo. Cual película de los Monty Python, un joven vestido de soldado gesticulaba para llamar la atención y conseguir un poco de limosna (al menos eso parecía). Durante los minutos que pude observarle, absolutamente nadie le dio dinero (puede que fuera porqué no tenía ningún tipo de recipiente para monedas y billetes). Pero él se mantuvo de pie, sobre su piedra, gesticulando con su espada y desafiando a los turistas sin éxito. Siendo sincero, daba un poco de pena ver como la gente se reía de él a unos pocos centímetros de su cara.
Después de la ruta turística y de las visitas oportunas a diferentes zonas de la ciudad, los aficionados empezaron a desplazarse en Metro hacia las zonas habilitadas por los clubes para los que iban al partido. En dos puntos de la ciudad, alejados lo suficiente entre ellos, había zonas con autocares gratuitos para los aficionados del Barcelona y del Manchester. El trayecto hasta las estaciones lanzadera era realmente agobiante. No era tan exagerado como el metro de Japón, pero se le parecía. La entrada a los vagones se hacía por fuerza bruta, y los débiles se quedaban en el andén.
Una vez en la zona de autobuses del F.C. Barcelona, hubo algo que me impresionó bastante. Al lado de los autocares había 2 chicas repartiendo El País. No se hasta que punto sale rentable desplazarse a Roma con un montón de periódicos. Desconozco si el periódico se vendía o se regalaba, pero a mi personalmente me hizo pensar. “Si que están mal los de la prensa escrita, que tienen que irse a Roma a vender periódicos”. La verdad es que no vi a nadie interesarse por el periódico, peró si que vi algún interesado en entablar conversación con las promotoras.
A partir de este momento, la gente se olvidó de Roma, la ciudad eterna, y empezó a pensar en el trofeo más prestigioso de Europa para cualquier club de Fútbol: La Champions. Los autobuses llevaron a los aficionados desde la parada de metro de Cipro hasta el estadio, sin paradas ni tráfico. Recorrer más de 2km por las calles de Roma, escoltados por furgones de policía, con el tráfico cortado y sin ninguna parada, es realmente impresionante. En todas las calles había policía y personal de seguridad controlando el acceso a de los peatones. Las calles estaban totalmente desiertas, y desde los balcones se podía ver a algunas familias saludando. Uno se siente importante ante tal despliegue de medios.
En menos de 10 minutos el autocar paraba en el campo y volvía a por más aficionados. Una vez llegados al campo, había dos cosas que destacaban bastante. La gran cantidad de gente y las pancartas y banderas gigantes desplegadas en la Fan Zone del Barcelona. Especialmente curiosa me pareció la pancarta de “Hoy ningún equipo español juega en Roma”, firmada por JERC. Muchas personas querían hacerse una foto delante, y era casi imposible conseguir un “disparo limpio” con la cámara.
A partir de aquí, lo que viene ya lo conoce todo el mundo. Pero como me han comentado que mucha gente no vio el espectáculo previo al partido, voy a comentar también algunos detalles que fueron divertidos y sorprendentes. En primer lugar, algo bastante simple: las pancartas que colgaban del estadio tenían escrito el año de la final (2009) en números romanos. No iba a ser menos estando en Roma.
Una vez en el estadio, los privilegiados que habían conseguido una entrada tuvieron el privilegio de esperar durante más de media hora para conseguir un Hot Dog al módico precio de 4€. Las bebidas a 2 si mal no recuerdo. Ya en los asientos, un espectáculo previo al partido esperaba. Después de anunciar por megafonía que no se permitiría ningún tipo de discriminación racial, religiosa o de cualquier otro tipo, empezó el acto mediático. A pesar de que se dijo que no se toleraría el racismo, no pude evitar reírme al ver que de 4 muñecos gigantes, 3 eran blancos y sólo 1 era negro. ¿Qué habría costado poner 2 de cada color y evitar la broma fácil? Realmente me pareció muy cómico.
El espectáculo previo al partido, que fué bastante emotivo, evidenció que en cuestiones de sincronización las bailarinas no estaban muy puestas. Después de quemar un poco la hierba con fuegos artificiales, un grupo de bailarinas ejecutó con pésima sincronización un conjunto de maniobras al estilo gladiador, portando en la mano unos escudos dorados. Hice un par de fotos para mostrar la No-sincronización del baile. El problema no es que lo hagan mal, el problema es que si las comparamos con los ejecutores de la ceremonia de los Juegos Olímpicos de pekín, quedan en ridículo. Adjunto un par de pruebas.
A partir de este momento todo el mundo sabe lo que viene. Pero os dejo con un último apunte sobre las imágenes que no se vieron. En los palcos de la prensa había algo extraño, probablemente fruto de una casualidad. En uno de ellos, me fijé en que tres hombres discutían de pie, mientras una mujer les miraba sentada. ¿Quién dijo igualdad de género? Sí, está pillado por los pelos, pero si la foto tuviera un poco más de definición y calidad se podría usar en más de una presentación sobre el tema. Lo que le da un toque especial es la postura de la chica, que no parece muy contenta.
¿El resultado final? Victoria del Barça y un agotamiento extremo.
¿La prueba de que en los estadios debería haber menos “celebridades” y más aficionados de los equipos?
Nota: Todas las imágenes bajo licencia Creative Commons 3.0.
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