Falsos artistas (Parte III: Sexo, Inteligencia y Conclusión)

Superficialidad, retoque de imágenes y sexo

Normalmente, las tías que ponen una imagen de cuando eran pequeñas o en color sepia en su foto de perfil de Facebook son unas guarras. ¿Por qué?

Como ya se indicó en Un mundo feliz de Aldous Huxley, hay una relación directa entre la ignorancia, la felicidad bovina y el sexo. A modo cómico, he realizado estos 2 gráficos para ilustrarlo.

En resumen: cuanta menor inteligencia, mayor felicidad. Y cuanta más felicidad, más sexo.

Imagen 20

Relación días de sexo a la semana - Nivel de inteligencia

Relación felicidad bovina - Nivel de inteligencia

Relación felicidad bovina - Nivel de inteligencia



Se deduce, por lo tanto, que las guarras son tontas, por lo que es normal que pretendan hacerse pasar por más listas mediante el fácil uso de la edición digital.

El post-modernismo se basa en el desprecio de lo racional y el amor en exceso al sentimentalismo y a la apariencia. Cuanto mayor es la superficialidad (la obsesión por la apariencia: por la propia imagen y la belleza de tu ropa, tu casa, tu coche, tu novi@, etc), mayor es la ignorancia, mayor es la felicidad y más sexo hay. Por lo tanto, las chicas superficiales suelen ser felices y unas guarras.

Simulación de inteligencia

¿Por qué no ponen fotos de ellas desnudas en vez de fotos retocadas o viejas?

Porque “ser una puta” queda mal, está mal visto. Y todos queremos cierto reconocimiento. Lo que queda bien es “no ser tonta”, “ser guapa” y “tener estilo”.

Las chicas superficiales quieren solventar la apariencia de su estupidez (que no su estupidez real, puesto que lo que verdaderamente les interesa es como los otr@s la vean, la apariencia y no la realidad). Existen dos modos de evitar parecer tonta:

  1. Simular inteligencia (véase gafas-pasta o Luis Piedrahita)
  2. Puesto que actualmente se valora el sentimentalismo, simular una gran sensibilidad y emotividad.

¿Qué mejor que maquillar la superficialidad con falso arte, que permite crear “algo profundo” y con estilo, sin dejar nunca de lado la intocable belleza? Un arte muy fácil de crear incluso para ell@s, pero que su belleza es reconocida como e incluso parece que esté hecha con sensibilidad y tenga mensaje, cuando en realidad esa imagen retocada no tiene ningún mensaje más que la pura y sencilla belleza.

Pretenden que les sea reconocida una cierta sensibilidad, estilo de vida bohemio y amor al arte, cuando en realidad lo único que han hecho ha sido aplicar un filtro prefabricado sin ninguna intencionalidad ni mensaje. Intentan mostrar un cierto dominio de la estética, como si de ello se pudiera deducir que su mente está de algún modo cultivada, ya sea mediante la razón o la intuición.

El mundo al revés

¿Qué mejor para acabar que rebatir todo lo dicho?

Si todo retoque de la realidad es arte, como decía Munsterberg, entonces todo retoque digital de tus fotos y vídeos caseros también son arte. El arte no es exclusivo de grandes artistas que se dedican a ello ni requiere un mensaje. Cada receptor le puede dar su mensaje propio y, además, ese mensaje no es necesario que sea verbalizado, sino que pueden ser simplemente emociones.

Además, toda imagen o vídeo casero es único e irrepetible porque fueron tomados en un tiempo y espacio concretos, por una o varias personas concretas y con una intencionalidad (aunque esta fuera inconsciente). Obtener una impresión de la realidad, luego verla y más tarde, además, retocarla, es sin duda un ejercicio de mirar a la realidad y convertirla con una intencionalidad (ya sea de belleza, inspirando amor, tranquilidad…). Querer aparentar inteligencia ya es una intención. Esa voluntad siempre estará en cierto modo reflejada en la creación y, por lo tanto, no sólamente será una obra de arte sino que será muy profunda, pues surge de lo más íntimo y personal de cada uno.

La estandarización de los programas de diseño son simplemente una herramienta que facilita la creación; igual que los pintores del Renacimiento utilizaron diferentes pinceles, o igual que los arquitectos actuales utilizan cada vez más los ordenadores, las herramientas de trabajo no solo permiten sino que refuerzan la intensidad de la obra de arte.


Siempre que enseñes, enseña a dudar

José Ortega y Gasset


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